TRAJE REGIONAL DE CHICLERO Y CHICLERA
Consta de una blusa color blanco, de cuello cuadrado y mangas acampanadas, en cuyas orillas lleva cintas del color de la falda y, convenientemente distribuidos 5 caracoles.
La falda es larga y bastante amplia, unas veces de color rojo ó azul turquesa, adornada con los motivos del escudo quintanarroense: el caracol, estrella y pino, pintados o bordados a su alrededor. A la altura de la cintura lleva un mandil de encaje blanco. En la cabeza, una pañoleta blanca con ribetes del color.
El vestuario del hombre es más sencillo: usa pantalón azul marino y camisa de seda floreada de brillantes colores que anuda en la cintura. Lleva también dos paliacates rojos, uno anudado al cuello y el otro se deja caer al costado derecho de la cintura, y usa sombrero de palma para protegerse de los rayos del sol.
El traje mencionado anteriormente es el más común y usado en el folklore quintanarroense, ya que también se utiliza el traje de campo o trabajo: pantalón y camisa de mezclilla azul, del lado izquierdo de la cintura lleva el machete enfundado y del lado derecho un zabucan o morral de hilo. Porta también un paliacate rojo anudado al cuello y el sombrero de palma. En ambos trajes, el hombre calza botines negros
La falda es larga y bastante amplia, unas veces de color rojo ó azul turquesa, adornada con los motivos del escudo quintanarroense: el caracol, estrella y pino, pintados o bordados a su alrededor. A la altura de la cintura lleva un mandil de encaje blanco. En la cabeza, una pañoleta blanca con ribetes del color.
El vestuario del hombre es más sencillo: usa pantalón azul marino y camisa de seda floreada de brillantes colores que anuda en la cintura. Lleva también dos paliacates rojos, uno anudado al cuello y el otro se deja caer al costado derecho de la cintura, y usa sombrero de palma para protegerse de los rayos del sol.
El traje mencionado anteriormente es el más común y usado en el folklore quintanarroense, ya que también se utiliza el traje de campo o trabajo: pantalón y camisa de mezclilla azul, del lado izquierdo de la cintura lleva el machete enfundado y del lado derecho un zabucan o morral de hilo. Porta también un paliacate rojo anudado al cuello y el sombrero de palma. En ambos trajes, el hombre calza botines negros
TRAJE TÍPICO INDÍGENA
Este traje pertenece a la región Central del Estado y muestra el tradicionalismo de nuestros orígenes étnicos. Es uno de los más característicos y originales, actualmente es usado como prenda de vestir ordinaria en diversas localidades de los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Othón Pompeyo Blanco y José María Morelos.
La mujer viste el blanco hipil, característico de la Península de Yucatán, sin embargo, el de la región quintanarroense tiene una singular diferencia, ya que el bordado es sobrio y discreto, así como el color del mismo, pues no se usa tan llamativo o de varios colores. Lleva un bordado en el escote y en las “cenefas”; el fustán es de la misma tela del hipil, ajustado a la cintura.
Para complementar el atavío se porta en la cabeza un moño de color blanco, y se usan como accesorios una soguilla de oro y los tradicionales aretes de “calabacita”.
Para complementar el atavío se porta en la cabeza un moño de color blanco, y se usan como accesorios una soguilla de oro y los tradicionales aretes de “calabacita”.
El vestuario del hombre es original y diferente en comparación con los estados de Yucatán y Campeche. La camisera es amplia, de largo un poco más debajo de las caderas, se usa cerrada y se simula la abertura con tantos botones juntos pueda llevar hasta la altura de la cintura, el cuello es redondo y la manga es larga con puño; el color es generalmente de tonos serios y tenues. Como detalle principal, la camisa lleva en ambos lados del frente y en la parte inferior, una bolsa donde se colocan dos paliacates rojos.
El pantalón es de manta de corte recto hasta la altura media de la pantorrilla y le da más vistosidad a su atuendo, un zabucán de henequén. Tanto el hombre como la mujer llevan los pies descalzos.
El pantalón es de manta de corte recto hasta la altura media de la pantorrilla y le da más vistosidad a su atuendo, un zabucán de henequén. Tanto el hombre como la mujer llevan los pies descalzos.
TRAJE REPRESENTATIVO
El traje de “Chetumaleña fue confeccionado con el propósito de exhibir un atuendo representativo del territorio durante un bailable ofrecido al presidente Adolfo López Mateos.
El diseñador se inspiró en los antecedentes prehispánicos de la región y diseñó en tela de lino color crudo una túnica larga que llegaba a las rodillas y abierta a los lados, sin mangas y cubriendo una capa del largo del vestido que caía sobre los hombros así como una especie de pectoral unido a la capa que llegaba a las caderas.
El diseñador se inspiró en los antecedentes prehispánicos de la región y diseñó en tela de lino color crudo una túnica larga que llegaba a las rodillas y abierta a los lados, sin mangas y cubriendo una capa del largo del vestido que caía sobre los hombros así como una especie de pectoral unido a la capa que llegaba a las caderas.
En 1976, el traje se modificó: la túnica se amplió hasta el suelo, la capa con altura menor de la túnica deja al descubierto los hombros y en el borde inferior de esta, se aprecian grecas triangulares y canoas estilizadas que simbolizan el mar y la navegación de los antiguos mayas por el mar Caribe. En el centro del pectoral luce una imagen de
los mascarones de Kohunlich, en honor al dios del sol Kinich Ahau, así como ramas estilizadas que simbolizan la inclinación de nuestros ancestros a la naturaleza y al arte.
En la parte posterior del traje, se aprecia una imagen del dios descendente de Tulúm, representado por una figura humana colocada de cabeza, que posee alas extendidas y sostiene con ambas manos, aparentemente, un panal de abejas.. Esta versión estaba pintada a mano y rebordada en hilo a efecto de resaltar los dibujos. Como tocado, dos grandes flores, una anaranjada y una verde, colocadas en el cabello al lado izquierdo.
En 1978, el Estado participa en el Concurso "Señorita México" y el traje de “Chetumaleña” gana el premio al mejor traje regional, en este evento el Mascarón de Kohunlich aparece bordado en lentejuela y chaquira.
Este hecho marcó al traje de Chetumaleña, como traje de la mujer quintanarroense:
• Túnica de color marfil con flores dibujadas ó pintadas que ejemplifican la riqueza forestal del Estado.
En la parte posterior del traje, se aprecia una imagen del dios descendente de Tulúm, representado por una figura humana colocada de cabeza, que posee alas extendidas y sostiene con ambas manos, aparentemente, un panal de abejas.. Esta versión estaba pintada a mano y rebordada en hilo a efecto de resaltar los dibujos. Como tocado, dos grandes flores, una anaranjada y una verde, colocadas en el cabello al lado izquierdo.
En 1978, el Estado participa en el Concurso "Señorita México" y el traje de “Chetumaleña” gana el premio al mejor traje regional, en este evento el Mascarón de Kohunlich aparece bordado en lentejuela y chaquira.
Este hecho marcó al traje de Chetumaleña, como traje de la mujer quintanarroense:
• Túnica de color marfil con flores dibujadas ó pintadas que ejemplifican la riqueza forestal del Estado.
• Capa abierta a los costados hasta la altura del busto, en la parte posterior se observa al Dios descendente de Tulúm y al frente una copia de los mascarones de la zona arqueológica de Kohunlich, al pie de las efigies se dibujan flores y los bordes son de tonalidad verde, color sagrado de los mayas.
• Como tocado diadema de flores naturales.
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